[Texto en castellano debajo]
Coa progresiva normalización da banda deseñada na sociedade, a súa posición no mercado tamén ten ido pouco a pouco equiparándose á do resto dos produtos editoriais, o que naturalmente trae consigo algúns problemas. Un deles é a sobreprodución, que desde hai moitos anos afecta a todas as editoriais, desde as máis grandes ata as máis pequenas: sexa por manter presenza no mercado, sexa por cuestións de financiamento (xa se ten falado bastante da burbulla do mercado editorial), edítanse máis títulos do que en boa lóxica é capaz de «dixerir» o público. A cantidade de novidades a que atender (tendo en conta que non só imos consumir cómic, senón outros moitos tipos de libros e propostas culturais) é inxente, máxime coa diversificación de canles de difusión que caracteriza a nosa época. Acceder xa só a todo o interesante que se publica é unha auténtica utopía. Se tomamos os datos que facilita a web especializada Tebeosfera, vemos que en 2017 se editaron en España 3507 títulos de cómic, incluídos uns 850 que se corresponden co formato revista; unha boa parte deles non son novidades, pero as magnitudes —que, así e todo, seguen sendo unha mínima parte do volume editorial total do ano— falan por si soas.
Conseguir peneirar esa cantidade abafante para axudar a distinguir entre a multitude de propostas o que vale a pena (tendo en conta que iso tamén depende dos gustos e das afinidades de cada cal) é un labor importante en si, polo apoio que ofrece a quen queira descubrir novas cousas. Se ademais iso queda reflectido en forma de libro, é unha forma de outorgar indirectamente unha perdurabilidade ás edicións a que fai referencia, dado que outra das perversións do mercado editorial é a tendencia ao efémero de moitos dos produtos, que se lanzan aos andeis e desaparecen despois de poucos meses —aínda quedan, por sorte, moitas editoriais que buscan crear un catálogo estable, pero paulatinamente vaise impoñendo a política das grandes empresas, segundo a cal o libro que non triunfa no lanzamento queda condenado e perdido no marasmo—. Por isto, e tamén polo rexistro histórico que supoñen este tipo de publicacións, a iniciativa de Jot Down e da Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic (ACDCómic) iniciada o ano pasado co anuario Cómics esenciales é, creo eu, tan interesante.
Este anuario de 2017 conta cun cento de recensións que debullan outras tantas obras editadas o ano pasado, e complementa iso cunha entrevista a dúas bandas (nesta ocasión, con Núria Tamarit y Daniel Torres, a cargo de Álvaro Pons) e varios artigos de fondo acerca de tendencias do cómic actual (o uso da cor, a ollada feminina «irreverente», a abstracción poética na BD…). Eu encargueime de comentar tres dos estupendos cómics da colleita deste ano: La levedad, de Catherine Meurisse; La deuda, de Martín Romero, y Hâsib y la reina de las serpientes, de David B. Non fai falta dicir que aínda teño moito por explorar entre o editado durante o ano pasado, e estou seguro de que a min tamén me quedan por descubrir no libro unha chea de gratas sorpresas dentro da súa selección de títulos.
Con la progresiva normalización del cómic en la sociedad, su posición en el mercado también ha ido poco a poco equiparándose a la del resto de los productos editoriales, lo que naturalmente trae consigo algunos problemas. Uno de ellos es la sobreproducción, que desde hace muchos años afecta a todas las editoriales, desde las más grandes hasta las más pequeñas: sea por mantener presencia en el mercado, sea por cuestiones de financiación (ya se ha hablado bastante de la burbuja del mercado editorial), se editan más títulos de lo que en buena lógica es capaz de «digerir» el público. La cantidad de novedades a que atender (teniendo en cuenta que no solo vamos a consumir cómic, sino otros muchos tipos de libros y propuestas culturales) es ingente, máxime con la diversificación de canales de difusión que caracteriza a nuestra época. Acceder ya solo a todo lo interesante que se publica es una auténtica utopía. Si tomamos los datos que facilita la web especializada Tebeosfera, vemos que en 2017 se editaron en España 3507 títulos de cómic, incluidos unos 850 que se corresponden con el formato revista; una buena parte de ellos no son novedades, pero las magnitudes —que, con todo, siguen siendo una mínima parte del volumen editorial total del año— hablan por sí solas.
Conseguir cribar esa cantidad abrumadora para ayudar a distinguir entre la multitud de propuestas lo que vale la pena (teniendo en cuenta que eso también depende de los gustos y de las afinidades de cada cual) es una labor importante en sí, por el apoyo que ofrece a quien quiera descubrir nuevas cosas. Si además eso queda reflejado en forma de libro, es una forma de otorgar indirectamente una perdurabilidad a las ediciones a las que hace referencia, dado que otra de las perversiones del mercado editorial es la tendencia a lo efímero de muchos de los productos, que se lanzan a las estanterías y desaparecen después de pocos meses —todavía quedan, por suerte, muchas editoriales que buscan crear un catálogo estable, pero paulatinamente se va imponiendo la política de las grandes empresas, según la cual el libro que no triunfa en el lanzamiento queda condenado y perdido en el marasmo—. Por esto, y también por el registro histórico que suponen este tipo de publicaciones, la iniciativa de Jot Down y de la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic (ACDCómic) iniciada el año pasado con el anuario Cómics esenciales es, creo yo, tan interesante.
Este anuario de 2017 cuenta con un centenar de recensiones que desgranan otras tantas obras editadas el año pasado, y complementa eso con una entrevista a dos bandas (en esta ocasión, con Núria Tamarit y Daniel Torres, a cargo de Álvaro Pons) y varios artículos de fondo acerca de tendencias del cómic actual (el uso del color, la mirada femenina «irreverente», la abstracción poética en la historieta…). Yo me encargué de comentar tres de los estupendos cómics de la cosecha del año: La levedad, de Catherine Meurisse; La deuda, de Martín Romero, y Hâsib y la reina de las serpientes, de David B. No hace falta decir que todavía tengo mucho por explorar entre lo editado durante el año pasado, y estoy seguro de que a mí también me quedan por descubrir en el libro un montón de gratas sorpresas dentro de su selección de títulos.